Enrique Rivero
Enrique Rivero (1976) es ingeniero, productor, guionista y cineasta mexicano con una sólida trayectoria en el mundo del cine. Su trabajo destaca por la exploración de temas sociales y culturales. Ha recibido importantes reconocimientos y premios en festivales de cine internacionales como el Leopardo de Oro a la mejor película en Locarno y el FIPRESCI con su ópera prima, Parque Vía. Ha asistido a más de cincuenta festivales tales como San Sebastián, BAFICI, Rotterdam, Nantes... Su segunda película, Mai morire, es “de gran impacto silencioso, es una meditación sobre la familia, el ritual y el paso del tiempo”, según la prestigiosa revista especializada en cine Hollywood Reporter. Su tercera película Pozoamargo, con la participación de la galardonada con dos premios Goya de Natalia de Molina, fue ganadora de la sección Las Nuevas Olas del Festival de cine europeo de Sevilla. La crítica especializada reconoce su gran capacidad para narrar historias reales. Es su debut en una feria de arte contemporáneo.
SOBRE LA OBRA
En los videos de Enrique Rivero se establece un lapso temporal para explorar las complejidades de la experiencia humana. La obra quiere cuestionar desafíos universales de las mujeres a lo largo de la historia, como la igualdad de género, la autonomía personal o desafiar estereotipos y expectativas sociales arraigadas. Las mujeres sentadas al fresco representan una resistencia lenta y silenciosa, capturada a través de un medio visual en movimiento y reproducidas en teléfonos móviles antiguos, en desuso, para resaltar el concepto de obsolescencia.
La obra titulada "¿Hasta cuándo?", es una obra “viva” que busca mostrar, a través de un vídeo, temas persistentes que afectan a las mujeres a lo largo del tiempo y su inexorable desaparición. Cada mujer que se sienta al fresco está representada en teléfonos móviles antiguos, en desuso, ubicados en sus respectivos marcos.
La elección del medio visual en movimiento intensifica la experiencia, plasmando la efímera naturaleza de los momentos y las emociones. Las mujeres que se sientan al fresco se convierten en símbolos de resistencia silenciosa, mientras la obra invita al espectador a desentrañar las conexiones simbólicas, creando así un diálogo introspectivo sobre la continuidad de las narrativas femeninas en el tejido del tiempo. Los detalles personales, gestos y (pocos) movimientos añaden una capa adicional de profundidad, transformando la obra en un homenaje colectivo a la humanidad y sus desafíos universales.
En tales desafíos, podrían incluirse, por ejemplo, la lucha por la igualdad de género, la autonomía individual, o enfrentarse a estereotipos y expectativas sociales arraigadas. La obra, al abordar estas cuestiones, busca reflexionar sobre la durabilidad de estos desafíos y cómo han perdurado a lo largo de la historia.
Se considera la obra “viva” ya que una de las tres mujeres mostradas en los videos ha fallecido, haciéndonos entender que, cuando esta generación de mujeres fallezca, desaparecerá también esta arraigada costumbre, cambiando la fisionomía del entorno rural dejando las calles huérfanas por lo que sólo nos quedará la nostalgia.